miércoles, 6 de febrero de 2008

Había una vez un campesino que labraba la tierra con la ayuda de su caballo; este le prestaba tantos y tan variados servicios, que sin él le hubiese resultado difícil arar sus campos y recoger la cosecha. Pues bien: un día el caballo saltó el vallado y se escapó, perdiéndose en la lejanía. El vecino de este hombre vino a compadecerse de él, y le dijo:

-Ahora que tu caballo se escapó, ¿cómo te las arreglarás para salir adelante? ¡Desde luego, qué mala suerte has tenido! Él miró ante sí, callado, y luego respondió: -¿Mala suerte? Tal vez.

Al cabo de cierto tiempo, el caballo volvió. No lo hizo solo, sino acompañado de una hermosa yegua salvaje. El vecino acudió de inmediato: -Ahora tienes una yegua: podrás criar y hacerte rico vendiendo caballos. ¡Qué buena suerte has tenido! El hombre respondió: -¿Buena suerte? Tal vez. Un día, el hijo del campesino intentó montar a la yegua para domarla. Al encabritarse el animal, el joven cayó al suelo y se rompió una pierna.

Apenas el vecino se enteró, fue de nuevo a la granja: -Ahora tu hijo tiene la pierna rota, se acerca la cosecha y él no podrá ayudarte. No sé cómo vas a arreglártelas esta vez. ¡Qué mala suerte has tenido! A lo que el hombre respondió: -¿Mala suerte? Tal vez. Entonces llegaron noticias de que el país se encontraba en guerra; las huestes del emperador recorrían los campos reclutando a hombres jóvenes para conducirlos a la batalla. Pero al llegar a la granja del campesino, no pudieron llevarse a su hijo debido a su pierna rota. Una vez más el vecino apareció por allí: -Nuestro hijo ha sido reclutado por el emperador para ir a la guerra, de donde no sabremos si volverá, pero al tuyo lo dejaron aquí debido a su pierna rota. ¡Qué buena suerte has tenido! El hombre respondió, una vez más: -¿Buena suerte? Tal vez.



modo off/Lo único que quiero es desconectar de todo ser humano :_ (menos de ti)

Foto: ~BugiBu

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